Rozando tus manos para existir.

Estamos en una habitación y el amarillo pálido cubre las paredes, casa vieja, techos altos, tú me miras, y respiro. Respiro fuerte, mi corazón siente, se mueve, me abrazas, pensé que serias alguien mas, pero te empeñaste en enamorarme, en hacerme creer, en darme una oportunidad. La poesía no fluye en mi cuaderno desde hace meses, parezco una cría dejándome arrastrar por la desgana, la falta de ideas y fe; parezco una más sentándome sobre ese cuaderno sin saber como dejarme llevar, el dolor me llama y junto a él puedo sentir tu aroma, pachuli en mis dedos sin tocar nada, es el olor del infierno, nadie mas lo puede oler, está tatuado en mi piel. Las voces no cesan en mi cabeza, hay alguien siguiendo mis pasos, y solo contigo los puedo ahuyentar, He conocido el mal, he conocido los gritos, los rasguños, las manos que la brutalidad mueve sobre los humanos, he conocido el no pensar en con quien estás, he conocido la desesperación de no encontrar tu sitio en ninguno de los lugares a donde vas. Te he conocido, te he suplicado, te he rezado, te he amado, te he odiado, te he separado, te he vomitado, te he cortado, te he llorado, he estado entre tus senos vendita, pura, y especial soledad. Podría escribirte mil líneas sobre las andanzas que supone caminar junto a ti pero podría hacer algo peor, podría callarte, prostituta sin alma, podría alejarme de ti y en ella sentir la vida, la muerte lejana a mi. Podría vivir sin ti pero también perdería mi esencia y carecería de verdad mi cuerpo sin el cual no podría escribir letras a aquello tan maravilloso que me hace doblegar con la suavidad de una pluma cayendo al mar, es este divino hastío por la vida que plasma acordes de locura en su santidad. No temo a la muerte, mas temo a que detrás de ella no estés tu, bella soledad, ligera oscuridad, estrepitoso dolor que acalla este corazón que sin letras se queda sin voz, inmune al dolor. Es como caminar sobre un alto de piedra, si miras por donde pisas te aburres, si miras al cielo puedes caer, debes saber como y donde pisar, debes guiar tus ojos al horizonte sin perderte al avanzar. Es como un paseo en la tarde, como una noche cuyos planes cambian y acabas escondiéndote bajo las sabanas con él, la música ya no suena pero los problemas ya no tienen tanto peso y puedes sonreír. Entonces lo ves claro, haciéndole cosquillas ríes mas que si te las hace a ti, acurrucándole sobre ti como si de niños se tratase jugáis a ser adultos y por primera vez en la vida lo ves claro, eres feliz, dejas en el abismo la soledad que un día estuvo en ti.