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jueves, 16 de junio de 2016

Y un día vuelves, vuelves a ese sitio dónde perdida te refugiaste durante años del daño y la soledad.
Y es que tienes miedo, miedo por haber sido valiente y puede que parezca una incongruencia pero así es, tienes que volver a empezar.
Tienes miedo, miedo después de haber salido de tu ropaje oscuro, de las duras criticas e insultos a tu forma de ser aterradoramente liberal, miedo después de haber encontrado un camino, una vida, un hombre, amor y la verdad, miedo porque cuando lo tenias, lo quisiste y cuando lo quisiste buscaste aún más.
Y puede que eso sea lo que aún te define, el inconformismo, las ganas de ser algo más.
Las piernas te tiemblan , la cabeza te da vueltas y la tripa te grita porqué lo hiciste si lo sabías, porqué te dejaste llevar.
Aprendizajes que te asustan que te pueden llevar al cielo o al fondo del mar.
Me llaman activista, pero si hay algo que no he desactivado ha sido la ingenuidad, me llaman feminista y aún soy esclava de hombres que me amaron y no supe amar, me llaman vehemente y aun soy la triste dama  que corre  de noche para esconderse en el portal.

Qué pasa corazón marchito, que has vuelto a escribir pero has dejado de vivir para volver a bloggear.


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